En un principio, todos los continentes formaban uno solo continente: Pangea. Mediante la tectónica de placas ese continente se dividió en otros tomando la forma de lo que es la actual tierra.
Durante millones de años se ha ido sucediendo un lento desplazamiento de las placas que forman la corteza del planeta tierra. Esto origina la llamada teoría de la Tectónica de placas.
Según esta teoría la corteza terrestre esta formada por 12 placas rígidas que se mueven a su aire. Estos bloques descansan sobre la astenosfera, una capa de roca caliente y flexible.
El concepto básico es: que las rocas calienten se superponen a las más frías y eso provoca un movimiento en la astenosfera, lo cual provoca movimiento. Las rocas que han bajado hasta abajo del todo se calientan y vuelven a ascender mientras que las otras descienden, y así cíclicamente.
También divide el interior de la tierra en varias partes en función de su estado, su temperatura y su profundidad.
Una de las pruebas utilizadas para probar esta teoría son los terremotos, los cuales al liberar las ondas sísmicas dejan distintas señales: las P (primarias) en el sismógrafo van creciendo hasta que de repente descienden en picado y vuelven a ascender, esto indica que entre capa y capa se produce un cambio de medio del estilo que sea. También están las S (secundarias), que también crecen hasta que llegan a un punto en el que caen en picado. Al solo poder transmitirse las ondas S por un medio solido, se cree que en algún momento tiene que haber algún medio líquido que detenga su avance.
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